Los delitos de robo y hurto callejeros suelen provocar en los ciudadanos una percepción de inseguridad que en ocasiones llega a modificar los hábitos de los vecinos de una zona con el objetivo de evitar el riesgo de ser víctima de uno de ellos. Sin embargo, al hurto en comercios cometido por clientes o trabajadores de esa empresa no se le suele prestar atención y se asume como una pérdida desconocida dentro de los presupuestos.
En este nuevo número del boletín se resalta la importancia cuantitativa que llega a tener esa pérdida desconocida y su correlación con los gastos en seguridad de las distintas formas comerciales según comunidades autónomas. La nueva inversión en seguridad se presenta como una de las medidas preventivas a considerar si se quieren reducir las pérdidas por este motivo.
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