Francisco del Olmo García, Fernando Javier Crecente Romero
España es, bajo una perspectiva estructural y cultural, un país de Pymes. No cabe duda de esta afirmación cuando los datos ilustran una realidad en la que el 99,9% del tejido empresarial español está compuesto por Pymes. Sin embargo, detrás de esta realidad se esconde otra no menos importante:
más del 55% de las empresas no tienen asalariados.
La importancia de los empresarios autónomos es reflejo del espíritu emprendedor que fundamenta la economía española. Sin embargo, a pesar de las numerosas medidas destinadas a fomentar el emprendimiento, no se presta suficiente atención a la sostenibilidad de dichos proyectos emprendedores, es decir, al fracaso.
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