Todos se quedan en las formas, carentes de ese toque, ese imponderable que consiste en adentrarse en las personas y en los acontecimientos con profundidad. Delia era demasiado inocente: había que ir más despacio, se lee en la parte superior de un cuadrito decisivo. «¡Anselmo! Y se equivocaron: el estar divorciado de la sensibilidad popular produce esos fenómenos que se dieron en el cine y la poesía argentina. Quizá sea el color la mayor expectativa técnica de este film.
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