Tras haber logrado un grado de influencia sobre la política libanesa sin precedentes, la organización chií Hezbollah se enfrenta a un nuevo cambio de escenario con el estallido de las mayores protestas populares que se recuerdan en el país y que apuntan a la clase política, incapaz de hacer frente a una grave crisis económica e inmersa en prácticas clientelistas y corruptas. A pesar de apoyar sus demandas sociales, Hezbollah se opone frontalmente a un cambio en el statu quo político actual como solicitan los manifestantes.
After having achieved an unprecedented degree of influence over Lebanese politics, the Shia organization Hezbollah faces now a new scenario after the outbreak of massive popular protests, the biggest that can be remembered in Lebanon and that target the political class for its inability to confront a severe economic crisis while immersed in clientelism and corruption. Even though Hezbollah supports the protesters’ social demands, it opposes radically to any changes to the current political statu quo.
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