Sin embargo, la cuestión de la salida del pensamiento fuera de sí mismo y del discernimiento al que esta se ve sometida, en contraposición con el ideal construido y las quimeras, se halla en el corazón de una empresa que estampa su sello sobre la modernidad occidental:4 a saber, la mística cristiana y, en particular, la mística española del siglo xvi. Sin embargo, antes de interrogarnos sobre la experiencia maternal, la obra y la persona de Teresa (tal y como sus escritos la retratan) nos invitan a dar un largo rodeo: para comprender la mujer y la madre que fue, Kristeva se afana en intentar entender de qué manera vive su vínculo filial con una madre y -sobre todo- un padre idealizado. Marguerite Duras me salvó: no terminé mi tesis sobre ella pues, a fuerza de razonar, me deprimía cada vez más, pero me dio para escribir un librito, Duras ou ¡'Apocalypse blanche, en Editions Zone» (Kristeva, 2008: 359). Sin embargo, en las sociedades europeas contemporáneas esa palanca de cambio está considerablemente debilitada, lo que pone en peligro, según Kristeva, a la constitución misma del orden simbólico que hace de los humanos seres hablantes, capaces de pensar al ser capaces de representar «en el nombre del Padre».
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