Los fieles laicos, junto con los sacerdotes ordenados, forman el edificio espiritual de la Iglesia de Cristo. Partícipes de la altísima dignidad de ser hijos de Dios, cada uno vive esta participación en la unción de Cristo de manera diferente, pero complementaria. En este artículo se reflexiona sobre los rasgos del sacerdocio bautismal o común de los fieles, resaltando su especificidad y reconociéndose como complementarios a los del sacerdocio ministerial u ordenado.
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