Las máquinas llevan siglos sustituyendo a los humanos en todo tipo de trabajos. Algunas mujeres que aún están entre nosotros recuerdan cómo la llegada de las lavadoras les dejó tiempo libre para leer o escuchar la radio. No han faltado también las reacciones airadas contra las máquinas por llegar a robar empleos y el consiguiente sustento. Aquella tendencia, sin embargo, solía afectar más a las personas menos cualificadas, porque hasta ahora eran sus tareas las más fáciles de automatizar. La llegada de la inteligencia artificial, sin embargo, puede amenazar trabajos reservados tradicionalmente para la élite profesional.
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