En este texto se ofrecen respuestas argumentales a las causas que sirven de base a un resurgimiento del nacionalismo como una especie de reacción a la creciente internacionalización de la economía, una suerte de movimiento compensatorio que trata de equilibrar el declive de la independencia económica reforzando -a veces hasta proporciones monstruosas- los momentos éticos, políticos y culturales de la identidad nacional. Esta nueva marea nacionalista es particularmente visible en la Europa del este y la antigua Unión Soviética. Las razones de esta explosión se explican en el artículo mediante un grupo de argumentos entre los que se indican la rebelión contra décadas de discriminación nacional, el colapso de las ideas, valores e imágenes socialistas, así como el deseo de las naciones, regiones o repúblicas relativamente avanzadas, de liberarse de las áreas más pobres, a fin de guardar para sí sus recursos. El análisis se extiende hacia otras formas y expresiones de ideologías nacionalistas en numerosos países del orbe, para concluir que el rol del nacionalismo no puede ser considerado en el mundo de hoy como un factor secundario. Ante este complejo fenómeno de fin de siglo, los problemas más urgentes tienen un carácter internacional y la búsqueda de una salida requiere soluciones planetarias.
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