Enrique Broseta Rico, Juan Fernando Jiménez Cruz, J. L. Palmero Martí, José Luis Pontones Moreno, Francisco Boronat Tormo, José Miguel Alapont Alacreu, F. Oliver Amorós
esta técnica se convierta en un instrumento bastante seguro y eficaz para el diagnóstico y tratamiento de la patología del tracto urinario superior. Sin embargo es una técnica invasiva y por lo tanto no está exenta de riesgos, pudiendo ocasionar en algunas ocasiones complicaciones graves.
MATERIAL Y MÉTODOS: Entre enero de 1990 y diciembre de 2001 hemos realizado 4.645 URS, 2.972 (64%) en mujeres y 1.673 (36%) en hombres, con edades comprendidas entre 9 y 82 años (media 49,8). Del total 2.508 (53,9%) se hicieron con sedación y 2.137 (46,1%) con anestesia (general o raquídea). Los objetivos de las URS han sido tanto diagnósticos (hematurias de origen desconocido) como terapéuticos (cálculos ureterales, tumores del tracto urinario superior, estenosis ureterales y colocaciones de catéteres ureterales).
RESULTADOS: La complicación más frecuente ha sido la fiebre (11,7%), evolucionando a sepsis en 15 pacientes. El resto de complicaciones fueron: perforación ureteral (1,2%), avulsión ureteral (0,06%), rotura renal (0,04%), extrusión litiásica (0,4%) y fístula uretero-ilíaca (0,02%). La mayoría se resolvieron con tratamiento conservador y en muchos casos endoscópico.
CONCLUSIONES: La URS ha supuesto un gran avance en la urología, tanto con fines diagnósticos como terapéuticos. Cuidadosamente realizada y bien indicada es una técnica segura, eficaz y con escasa morbilidad, siendo practicada en muchos casos sin necesidad de anestesia. En la mayoría de las ocasiones las complicaciones se pueden resolver de manera conservadora y muchas endoscópicamente.
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