Desde hace tiempo, la epidemiología no podía explicar ciertas observaciones que vinculan algunas exposiciones ambientales con problemas de salud.
La genética ha transformado el modo de distinguir la correlación de la causalidad mediante un novedoso método. Se trata de la aleatorización mendeliana, que se sirve de variantes genéticas para indagar sobre la causa y el efecto en los datos epidemiológicos.
No obstante, hay el peligro de emplear en exceso el método, que no siempre es aplicable debido a posibles sesgos en las variantes genéticas.
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