Los tornados de fuego, vórtices ardientes cuyos vientos alcanzan las velocidades de un tornado normal, son muy poco frecuentes pero extremadamente destructivos.
Para que se forme un tornado de fuego hace falta una fuente de rotación en la atmósfera. El fuego puede concentrar esa vorticidad en una columna giratoria de aire.
Aunque los científicos comprenden bastante bien la física de los tornados de fuego, aún no pueden predecir cuándo y dónde aparecerán.
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