En un periodo turbulento, la única ventaja en la que se puede confiar es en la capacidad de reinventar los modelos de negocio antes de que las circunstancias nos obliguen a ello. Lograr esta capacidad de adaptación estratégica no es fácil. Uno de los detalles importantes a tener en cuenta es siempre anticiparse al deterioro de la estrategia que se sigue. Es perfectamente posible que una empresa se gane su coste de inversión y siga sin asignar su capital y su talento a los usos más valiosos, desaprovechando así sus recursos.
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