Introducción. En la actualidad, las malformaciones arteriovenosas (MAV) cerebrales se mantienen como una entidad de difícil diagnóstico, lo cual deriva de su variable presentación clínica y de sus disímiles localizaciones en el sistema nervioso central. Sus formas clínicas de presentación más frecuentes son: hemorragia, típicamente de localización intraparenquimatosa, convulsiones y, menos frecuentemente, la cefalea vascular y el déficit neurológico progresivo. Desarrollo y conclusiones. Para el diagnóstico definitivo de una MAV deben realizarse varios estudios de imagen con distinto poder de resolución, dentro de los cuales la angiografía cerebral se mantiene como el procedimiento de elección, tanto para el diagnóstico como para la planificación de la conducta. La utilización, más reciente, de estudios funcionales ha permitido acercarnos a la evaluación de las características hemodinámicas de las MAV y su repercusión sobre el cerebro adyacente. La utilización de la angiografía transoperatoria, como complemento en la cirugía resectiva, permite conocer el nivel de resección antes del cierre del cráneo y, de esta forma, la corrección de los defectos técnicos, con lo que disminuyen las complicaciones posoperatorias derivadas de remanentes de lesión.
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