La consolidación en la clínica del trasplante pulmonar (TxP) ha supuesto una mejoría en la supervivencia de los pacientes con enfermedad pulmonar en estadio avanzado. Sin embargo, pocos estudios han evaluado el impacto del TxP en la calidad de vida relacionada con la salud (CDVRS). De nuestra serie de 55 pacientes, hemos evaluado la CDVRS y funcionalidad en los 13 pacientes vivos trasplantados por EPOC. Para ello aplicamos preTxP y como mínimo al tercer mes, el Perfil de Salud de Nottingham (PSN) como medida de calidad de vida y unos parámetros funcionales que incluían Gasornetría arterial (GSA), Espirometría (PFR), Test de 6 minutos marcha (P-6min), grado de disnea según el Medical Reseach Council (MRC), índice de disnea basal de Mahler (IDBM) preTxP e índice transicional de disnea de Mahler (ITDM) posTxP. En los pacientes postraspiante encontramos diferencias significativas en el estado de salud, en la mayoría de las facetas de dimensiones de salud (Energía, reacciones emocionales -reac. emoc.-, aislamiento social y movilidad física) y de la limitación en la actividad funcional (Vida social -Vsoci-, sexual -Vsexu-, aficiones -Pasat- y tiempo libre -Diasf-) y en todos los parámetros de capacidad funcional. Dichas diferencias no se han observado cuando se comparaba el trasplante unipulmonar (TxUP) con el bipulmonar (TxBP). Por tanto, el trasplante pulmonar, no sólo aporta supervivencia a los pacientes con EPOC, sino que aumenta la calidad de vida y la capacidad funcional en los mismos.
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