Objetivos. a) Averiguar el conocimiento que tienen nuestros pacientes sobre el consumo excesivo de alcohol; b) comparar dicho conocimiento con el consumo habitual.
Diseño. Estudio descriptivo transversal, aleatorizado, mediante cuestionario, en el que se recogieron también los datos de consumo de las historias.
Emplazamiento. Atención primaria. Centro de Salud de Chantrea.
Participantes. Un total de 351 personas consultantes, mayores de 14 años.
Mediciones. Unidades de alcohol diarias que cada entrevistado considera límite perjudicial, y unidades de alcohol que figuran en sus historias como consumo habitual.
Resultados. Hay una buena percepción de los problemas asociados al consumo excesivo, especialmente entre las mujeres. En general, hay buen conocimiento sobre las cantidades de alcohol perjudiciales, incluyendo a los bebedores excesivos. Aunque en jóvenes la tendencia es elevar el límite por encima de lo recomendado, hemos encontrado en ellos un bajo consumo y un llamativo subregistro de éste. Al comparar el límite que cada persona establece como perjudicial y su consumo, se aprecia que, en general, se consume en relación a lo que se cree perjudicial, aunque el 10% de la muestra bebe por encima de los límites marcados por ellos mismos; el 80% de los bebedores de riesgo de la muestra están incluidos en este grupo.
Conclusiones. a) Parece necesario aumentar la información a los jóvenes sobre los límites perjudiciales; b) no detectamos bien el consumo de riesgo en jóvenes, por lo que es necesario preguntar sobre el consumo durante el fin de semana; c) los bebedores de riesgo conocen dónde están los límites del consumo perjudicial, pero consumen de forma incongruente con este conocimiento.
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