La biografía fílmica Frida [2002] de la directora estadounidense Julie Taymor, relata la vida de la pintora mexicana: su tormentosa vida desde su juventud estudiantil, su accidente y su relación apasionada con el muralista Diego Rivera. Numerosas referencias de los cuadros de Frida Kahlo están incluidos en la escenografía y recuerdan la riqueza y la complejidad de su obra: más de ciento cuarenta cuadros de los cuales una cincuentena autorretratos se traducen en diferentes temáticas: la política, la mexicanidad, el amor, la naturaleza, el sufrimiento, la femineidad e incluso la muerte. Es a partir del análisis de una escena en particular (que refleja lo extremo de la experiencia del aborto y ofrece un sustento a la expresión de la temporalidad propia de este evento, el cual calificaremos de traumático) que el presente artículo, situado en el entrecruzamiento entre el cine y el psicoanálisis, explicita una etapa decisiva del proceso creador de Frida Kahlo. Aquí, el examen de la dialéctica entre el proceso creador y lo traumático, permite percibir, en su fase inicial la puesta en marcha de modalidades de creación artística que marcan una temporalidad inédita en su arte pictórico. Al mismo tiempo, el desafío del biopic es alcanzar por un lado a construir, plasmar, poner en escena y en imágenes la vida de esta artista fuera de lo común; y por otro lado permitir al espectador descubrir el entrelazamiento entre la subjetividad creadora y la obra de un artista.
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