En este artículo se pretende desmitificar que el turismo rural sirva para incorporar a la mujer al trabajo remunerado. Al analizar las relaciones de género destacamos que la mujer ocupa en la actividad turística un papel que se asimila al tradicional rol del ama de casa e incluso lo refuerza, y mantiene a ésta invisible, mientras que el hombre acapara todos los trabajos que requieren un mayor grado de formación y un contacto directo con los huéspedes. En este estudio se examinan la división de las tareas según el género, la jornada laboral y la compaginación de las tareas de distintos ámbitos productivos
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