Carmen Gutiérrez, Angélina Bautista Cruz, Rafael F. del Castillo
El subtrópico húmedo montañoso alberga bosques mesófilos, uno de los ecosistemas más diversos y alterados por los humanos. En México, estos bosques comúnmente son destruidos para sembrar maíz, pero una vez agotada su fertilidad, o por otras razones, el terreno es abandonado y repoblado naturalmente por bosques secundarios. Los patrones de desarrollo del suelo después de tales cambios se estudiaron en El Rincón, Oaxaca, México, donde la expansión de vegetación secundaria en áreas originalmente ocupadas por bosques primarios está siendo muy rápida. Se seleccionó una cronosecuencia constituida por milpa, y bosques adyacentes de ~15 ("acahual"), ~45 (bosque incipiente), ~75 (bosque joven) y >100 (bosque maduro) años después del abandono. Los suelos fueron muy ácidos, ricos en materia orgánica, pero pobres en bases intercambiables. El carbono orgánico y el aluminio intercambiable aumentaron con la edad del rodal; en cambio, el pH disminuyó. Minerales como la muscovita y la clorita disminuyeron con la edad del bosque, tal vez debido a su inestabilidad en ambientes ácidos. La cristalización de la gibbsita fue inhibida probablemente por el alto contenido de materia orgánica. La taxonomía del suelo a nivel de orden estuvo afectada por los cambios en la vegetación. El suelo cultivado se clasificó como Entisols, y los suelos forestales como Inceptisols. La elevada acidez, particularmente en bosques maduros, sugiere problemas de fertilidad para las plantas relacionados con déficit de nutrientes y toxicidad por aluminio. En conclusión, la sucesión secundaria en áreas originalmente ocupadas por bosque mesófilo de montaña está asociada con cambios importantes en la taxonomía, mineralogía y génesis del suelo que, a su vez, afectan de manera importante la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados