Este trabajo establece la existencia de una alegoría en Los ríos profundos (1958) de José María Arguedas, en la que los individuos marginados – los indígenas, los afroperuanos y las mujeres – se asocian con los materiales abyectos. Examino cómo esta alegoría critica la desigualdad económica y política del sistema sociopolítico peruano del siglo XX. Tal como el excremento fisiológico es esencial para que el sistema humano funcione, estos seres humanos, a pesar de su estatus marginado, son imprescindibles para el funcionamiento del Perú. Se demuestra que la frontera entre la hegemonía y los marginados no sólo es artificial, sino también vulnerable.
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