El proceso de vitrificación es un método de procesamiento adecuado para inertizar residuos tóxicos, a través del concepto de economía circular, y se adapta perfectamente a los requerimientos de la industria cerámica más tecnificada, industria 4.0. Con la transformación de los vidrios de partida después de la vitrificación en materiales vitrocerámicos, mediante un tratamiento térmico controlado, es posible lograr la inmovilización de una amplia gama de desechos industriales (residuos minerales, lodos de vertederos, escorias, cenizas...). Además, el bajo coste y la gran disponibilidad de residuos hace que estos materiales vitrocerámicos sean muy atractivos desde un punto de vista económico y tecnológico.
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