Zaragoza, España
En 1933 surge en Carolina del Norte una escuela experimental que coincide con la llegada de aquellos que han de abandonar Europa, el Black Mountain College. Mientras los exiliados del viejo continente tratan de continuar en la nueva patria una historia lineal, la sociedad americana precursora del pragmatismo, se despoja de todo lo heredado y encuentra en la nada su propio punto de partida. En plena crisis económica, y tras la renuncia voluntaria de todo lo anterior, la nada, el material más abundante, representa la novedad. El auge de la ciencia y el descubrimiento del método de laboratorio que ya cosechara éxitos en el BMC, abren paso a una red de laboratorios domésticos que ambicionan manipular la nada para hacerla por un instante visible. La arquitectura encuentra en las efímeras apariciones de tan volátil material el origen de sus próximas ideas. El umbral en el que la nada se hace visible es la forma primigenia de una arquitectura próxima.
In 1933, as people were fleeing Europe, an experimental school opened in North Carolina called Black Mountain College (BMC). While the exiles from the old continent strove to continue a linear history in their new homeland, American society, the forerunner of pragmatism, shed everything inherited and found its own point of departure in the void. During the economic crisis and after the voluntary renunciation of everything that had come before, the void, the most abundant material, represented newness. The rise of science and the discovery of the laboratory method that would reap success in the BMC opened the way to a network of domestic laboratories that aspired to manipulate the void to make it visible for an instant. Architecture finds the source of its following ideas in the ephemeral apparitions of such volatile material. The threshold at which the void becomes visible is the original form of future architecture.
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