Alfonso Miguel García Hernández
La ciencia de la educación plenamente desarrollada nos garantizaría que los buenos educadores no sean una excepción. Lo cual requiere pensar la pedagogía desde los años veinte del presente siglo, que nos lleve a cuestionar el concepto de aprendizaje, de enseñanza reglada, de adquisición de normas e inmersión del individuo en una sociedad que cada vez más le percibe como obligado a trazarse un camino exitoso en su territorio, alejado de competencias colectivas y cercano al individualismo feroz, en un camino plagado de tecnología que absorbe al ser humano convirtiéndolo en ocasiones en un mero cuerpo.
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