Andrea Milena Guardia Hernández
Jorge Eduardo Eielson (1924- 2006), poeta y artista plástico, deja su nativa Lima a la edad de 24 años. Como varios de sus contemporáneos y con la ayuda de una beca de estudios en Francia, abandona su país para escapar de la inestabilidad política y acercarse a las voces poéticas que resonaban en sus lecturas de joven artista. Contrario a sus compañeros de generación, Eielson no regresó al Perú, sino que estableció su vida personal y profesional en el viejo continente, especialmente en Italia. Este exilio voluntario no implicó un abandono del tema nacional, sino que posibilitó un acercamiento tangencial y heterogéneo a la idea de patria, infancia y memoria. Eielson exploró su identidad peruana a través de los vestigios arqueológicos, materiales, literarios y emocionales que estaban a su alcance del otro lado del océano, de manera que Perú vuelve siempre en su obra, transformado en costa limeña, en tejido indígena o en una casa familiar. En consecuencia, el artículo buscará reconstruir algunas líneas de lectura en el universo intermedial de la obra eielsoniana a partir de estos motivos que se concretan en imágenes visuales y poéticas transversales en su obra.
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