¿En qué medida las tensiones geopolíticas, las perturbaciones en el suministro y las noticias inesperadas en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los principales países productores de petróleo afectan el precio del petróleo? ¿Están los pronosticadores del precio del petróleo al tanto de estas tensiones? ¿Estas tensiones afectan el consenso de los pronosticadores al hacer sus predicciones? ¿Existe alguna diferencia entre las noticias provenientes de los países de la OPEP y las de otros importantes exportadores de petróleo? En este artículo analizamos la influencia de las tensiones geopolíticas, noticias y eventos en los principales productores de petróleo sobre el precio del petróleo Brent, sus pronósticos y la dispersión de esos pronósticos. Probamos empíricamente estas hipótesis mediante la introducción y el uso de una medida única basada en los medios de las tensiones geopolíticas que dan cuenta de las reducciones y expansiones de la oferta para el período 2001-12, mediante la causalidad de Granger. Encontramos evidencia que sugiere que las tensiones geopolíticas generales afectan el nivel actual del precio del petróleo, sus pronósticos y la dispersión de esos pronósticos. Más notablemente, al separar entre noticias de la OPEP y no OPEP, encontramos que las primeras afectan los pronósticos del precio del petróleo y su consenso, y al mismo tiempo, el precio actual del petróleo determina las noticias basadas en el petróleo en los países de la OPEP. Además, las noticias ajenas a la OPEP afectan el nivel actual y futuro del precio del petróleo y ni el pronóstico ni la dispersión de esos pronósticos se ven afectados por el nivel. Todos estos resultados implican que las tensiones geopolíticas en un sentido más amplio afectan los precios del petróleo, y las noticias de la OPEP deben leerse junto con otras tensiones geopolíticas como impulsores del precio del petróleo, y no como un generador de noticias aislado que afecte los precios del petróleo. Esto debilita la hipótesis de la OPEP como determinante de precios en el mercado mundial del petróleo, cuyo comportamiento, a su vez, parece un asunto de los pronosticadores. Estos resultados son importantes y sugieren que, para realizar un seguimiento de la dinámica de los precios del petróleo, es necesario tener en cuenta un contexto más general de tensiones geopolíticas más allá de los países de la OPEP, basándose en señales y externalidades que no necesariamente se basan en razones económicas.
To what extent do geopolitical tensions, supply disturbances, and unexpected news in the Organisation of the Petroleum Exporting Countries (OPEC) and major oil-producer countries affect the oil price? Are oil price forecasters aware of these tensions? Do these tensions affect forecasters’ consensus when making their predictions? Is there a difference between news coming from OPEC countries versus other major oil exporters? In this article, we analyse the influence of geopolitical tensions, news, and events in major oil producers on the Brent oil price, its forecasts, and the dispersion of those forecasts. We empirically test these hypotheses by introducing and making use of a unique media-based measure of geopolitical tensions accounting for supply crunches and expansions for the 2001-12 period, by means of Granger causality. We found evidence suggesting that overall geopolitical tensions affect the current level of oil price, its forecasts, and the dispersion of those forecasts. More remarkably, when separating between OPEC and non-OPEC news, we found that the former affect oil price forecasts and its consensus, and at the same time, the current oil price determine oil-based news on OPEC countries. Moreover, non-OPEC news affect the current and future oil price level and neither the forecast nor the dispersion of those forecasts its affected by the level. All these results imply that geopolitical tensions in a broader sense affect oil prices, and OPEC news should be read jointly with other geopolitical tensions as oil price drivers –and not as an isolated news generator affecting oil prices. This weakens the hypothesis of OPEC as a price setter in the global oil market whose behaviour, in turn, seems a matter for forecasters. These results are important suggesting that, in order to keep track of oil price dynamics, one needs to account for a more general context of geopolitical tensions beyond OPEC countries, relying on signals and externalities that are not necessarily based on economic rationale.
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