El Centro Cultural Tsuruoka es un espacio multifuncional que sirve de polo de actividades culturales y artísticas de la región. Su entorno se caracteriza por la abundante naturaleza, y su emplazamiento por la presencia de edificios históricos, universidades y galerías de arte. Para permitir la expansión de iniciativas cívicas, se hacía necesario remplazar el centro existente por un edificio nuevo.
Este edificio sería 'una sala para la comunidad' en la que los ciudadanos se convertirían en participantes, observadores y protagonistas. Para ello, propusimos un gran espacio rodeado de un corredor, similar a la construcción tradicional japonesa Saya-do. Este corredor está abierto al público erosionando la distinción entre los espacios de la escena —públicos— y los ocultos tras bambalinas —internos—.
Aún así, cuando se lleva a cabo una actuación profesional, de ser necesario se pueden crear áreas privadas mediante unas particiones móviles que permanecen de otro modo ocultas bajo y sobre el escenario. Al reducir el máximo la profundidad de la gran sala central, se crea una sensación de intimidad entre el público y la escena. La organización de esta sala se basa en el tipo viñedo (con los asientos rodeando el escenario), en el que el sonido se refleja en la totalidad del espacio y con una trayectoria directa entre todas las butacas y el escenario.
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