Málaga, España
En atención primaria solo el dolor crónico supera a la depresión y la ansiedad en la pérdida de años de vida ajustados por calidad. Más del 70% de las personas que sufrían enfermedades mentales comunes consultaron por ello a su médico/a de familia. Sin embargo, «la regla de las mitades decrecientes» es una realidad: menos del 50% de las personas consultantes de atención primaria con enfermedades mentales comunes fueron diagnosticadas correctamente, y de ellas, menos del 50% recibieron un tratamiento (farmacológico o psicológico) adecuado, y de estas, menos del 50% fueron adherentes. Los modelos colaborativos de atención a las enfermedades mentales comunes en atención primaria han demostrado su efectividad en ensayos clínicos, pero su implementación en un contexto más general y real es difícil y su efectividad todavía es poco conocida. Se han desarrollado y validado algoritmos de riesgo para predecir el inicio y el pronóstico de las enfermedades mentales comunes en atención primaria que son útiles para su tratamiento y prevención. Existen evidencias de que las intervenciones psicológicas, psicoeducativas y de ejercicio físico son efectivas en prevención primaria, incluso en atención primaria, aunque su efecto es pequeño o moderado. Estas intervenciones tienen un gran potencial para ser escalables en las escuelas, el ámbito laboral y la atención primaria; además, cuando se administran mediante tecnologías de la información y la comunicación (p. ej., App), en programas autoguiados o mínimamente guiados, han demostrado su efectividad para el tratamiento y la prevención de las enfermedades mentales comunes. También son muy accesibles y de bajo coste, y contribuyen a la implementación masiva de estas intervenciones en diferentes contextos.
In primary health care only chronic pain surpass depression and anxiety in loss of quality-adjusted life years. More than 70% of people suffering from common mental disorders consulted their GPs for this reason. However, ‘the declining halves rule’ is a reality: less than 50% of primary care attendees with common mental disorders were correctly diagnosed, of these less than 50% received adequate treatment (pharmacological or psychological) and of these less than 50% patients were adherent. Collaborative models of common mental disorders care in primary health care have demonstrated their effectiveness through clinical trials; however, its implementation in a more general and real context is difficult and its effectiveness remains unclear. Risk algorithms have been developed and validated in primary health care to predict the onset and prognosis of common mental disorders; which are useful for their treatment and prevention. There is evidence that psychological and psychoeducational interventions (and possibly those of physical exercise) are effective for the primary prevention of common mental disorders, even in primary health care; although their effects are small or moderate. These interventions have a high potential to be scalable in schools, workplace and primary health care; in addition, when they are administered through information and communication technologies (e.g. by App), in self-guided or minimally guided programs, they have demonstrated their effectiveness for the treatment and prevention of common mental disorders. They are also very accessible, have low cost and contribute to the massive implementation of these interventions in different settings.
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