Brasil pierde cada año un 1% de su PIB por la escalada de la violencia. En ciudades como São Paulo o Río de Janeiro el crimen organizado controla importantes áreas, constituyendo un Estado dentro del Estado. La incapacidad de las autoridades para reducir la criminalidad ha llevado a la población a aprender a convivir con la caótica situación de la seguridad pública.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados