Los poemas de elogio a las damas cantoras constituyen un poco estudiado subgénero epidíctico que documenta la difusión cantada de la poesía como práctica social. Mientras los poetas profesionales, como Lope de Vega o Cervantes, reelaboraron los tópicos humanísticos autorizados para eludir la censura moral sobre la sensualidad de la música femenina, los poetas palaciegos como el conde de Villamediana, en cuyos poemas nos centraremos, explotaron los efectos emocionales y pasionales del canto y la hermosura de la dama en el oyente masculino, invirtiendo frívolamente las prevenciones de los tratadistas morales, para ensalzar más a la dama cuanto más sensual y seductor es el (delicioso) suplicio sensorial infligido al oyente. A partir de modelos de la poesía de Góngora y Marino, el erotismo y la sensualidad de las escenas de Villamediana redefinen al mismo tiempo la relación entre las artes y la caracterización de género de sus ejecutantes. Mientras celebra pLos poemas de elogio a las damas cantoras constituyen un poco estudiado subgénero epidíctico que documenta la difusión cantada de la poesía como práctica social. Mientras los poetas profesionales, como Lope de Vega o Cervantes, reelaboraron los tópicos humanísticos autorizados para eludir la censura moral sobre la sensualidad de la música femenina, los poetas palaciegos como el conde de Villamediana, en cuyos poemas nos centraremos, explotaron los efectos emocionales y pasionales del canto y la hermosura de la dama en el oyente masculino, invirtiendo frívolamente las prevenciones de los tratadistas morales, para ensalzar más a la dama cuanto más sensual y seductor es el (delicioso) suplicio sensorial infligido al oyente. A partir de modelos de la poesía de Góngora y Marino, el erotismo y la sensualidad de las escenas de Villamediana redefinen al mismo tiempo la relación entre las artes y la caracterización de género de sus ejecutantes. Mientras celebra poéticamente la sensualidad del canto femenino, Villamediana cifra en el enfrentamiento amoroso la meta-artística competencia entre poesía y música, y propone nuevas figuras cortesanas que trascienden, mediante la refinada depuración de sus talentos, el modelo renacentista de la sprezzatura.oéticamente la sensualidad del canto femenino, Villamediana cifra en el enfrentamiento amoroso la meta-artística competencia entre poesía y música, y propone nuevas figuras cortesanas que trascienden, mediante la refinada depuración de sus talentos, el modelo renacentista de la sprezzatura.
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