Semana tras semana, asistimos a la contratación de la economía global a un ritmo peor que el pronosticado por el más agorero de los economistas. Es claro: no nos hallamos en una recesión común y corriente, sino que estamos aproados a una depresión global que podría durar muchos años.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados