Una literatura internacional examina la utilidad de programas denominados “Safe Routes to School” o Ru-tas Seguras a las Escuelas, para fomentar el transporte activo (principalmente la caminata y la bicicleta) y con ello niveles de actividad física suficientes para mejorar la salud física y mental, casi exclusivamente en el he-misferio norte. Este artículo presenta una adaptación de estos programas en escuelas vulnerables de varias ciudades chilenas (2016-2019), utilizando una estrate-gia de investigación participativa para la acción. Defini-mos al “transporte sustentable” como una ecología de modos que mejora las interconexiones entre la cami-nata, la bicicleta y el transporte público. En países tan desiguales como Chile, el transporte “justo” conecta la sustentabilidad con la acción comunitaria. Al integrar un enfoque de género, educación cívica y derechos, el programa cambió, incluso de nombre, ya que las niñas y niños querían rutas “bakanes”, o sea, “geniales”. Co-creamos el programa con sus estudiantes, profesores y, eventualmente y las autoridades de planificación local. El resultado fue cambios profundos en las actitudes, ca-pacidades y visiones. Rutas Bakanes mejora la actividad física, pero por sobre todo actúa sobre los determinan-tes sociales definidos por la Organización Mundial de la Salud, abordando la complejidad de los objetivos de desarrollo sustentable.
An extensive literature examines the usefulness of “Safe Routes to Schools programs” to encourage active trav-el (walking and cycling) to school, thereby increas-ing physical activity with all its benefits for mental and physical health, mainly in the Global North. This arti-cle reports on an adaptation for vulnerable schools in several Chilean cities (2016-2019). This change of con-text transformed the program, which focused on gen-der, civic education, and rights as central to to a just, sustainable transport system. “Sustainable transport” is an ecology of modes that improves connections among walking, cycling and public transport. “Transport jus-tice” becomes central in an unequal country such as Chile, focus on gender, civic education and rights. Dur-ing the first experience in co-design, with students, they changed the name, rejecting “safe” and insisting on “bakan”, a Chilean term for “cool”. The results in-cluded changes in attitudes, skills and visions. The re-sulting program, Kool Routes, improves physical activ-ity, but above all influences the social determinants of health. It has proven to be a relatively simple way of dealing with the complexity of the challenges inherent in achieving sustainable development goals for cities in the 21st century
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