Durante los últimos 20 años el sector cooperativo ha sucumbido al crecimiento exponencial de las empresas mercantiles en sí. Este crecimiento de la competencia privada comercial, y sobre todo el lineamiento mundial del libre mercado, ágil, moderno, tecnologizado, flexible y dinámico, estructura un difícil ámbito de expansión para las cooperativas agroindustriales, ya que sus prioridades parten por asegurar, de primera mano, la venta de la producción, y si un mercado disminuye de forma brusca, les provoca unas carencias de alternativas para la venta de su producto abismales.
El sector cooperativo en España es un claro representante de la industria del medio rural, y en muchos casos es la razón de desarrollo en esas zonas, y sin el cual, se perdería un gran aporte económico para el mantenimiento de la renta per cápita de los habitantes de esas zonas.
El sector cooperativo, aunque suponga un porcentaje mínimo del mercado mundial, necesita de una apertura a nuevos mercados internacionales, y la estrategia, en momentos como los actuales, provocan que se basen en determinaciones que eviten altas cuotas de riesgo, pero que aporten una rentabilidad que permita la estandarización de ese mercado para que en momentos de bonanza económica permitan una mejora de las condiciones alcanzadas en este momento.
Este trabajo trata de mostrar las Estrategias del sector cooperativo para el desarrollo de nuevos canales de comercialización internacional que permitan mitigar los efectos del riesgo. Durante muchos años el cooperativismo y la comercialización se ha convertido en una realidad económica consolidada para el sector agrario (Martín, Molina y Ruiz: 2009), por lo que estas empresas constituyen, sin duda, un subsector muy importante del cooperativismo tanto en términos de número de cooperativas como en volumen de negocio, y por lo tanto con una mayor eficiencia en las ventas respecto al resto de los sectores tradicionales del cooperativismo agrario. La mejora se pone de manifiesto en la mayor rentabilidad obtenida por las mismas, tanto en términos estáticos (ratios contables de rentabilidad económica o financiera) como en términos dinámicos (Caballer y Segura, 1995), pero la alta estandarización alcanzada en la tecnología de los procesos de producción de la comercialización agroalimentaria, unido a la subordinación de la función de operaciones en el ámbito de la cooperativa, lo que ha conducido a la proporcionalidad entre costes e ingresos, que hacen inútiles los intentos de establecer una dimensión óptima (Vidal et al, 1999). La intención de realizar un análisis previo de la eficiencia de las cooperativas se ha de centrar, básicamente, en comparar la forma cooperativa de empresa con su contrapartida capitalista, incidiendo en alguna de las principales diferencias entre ambas: objetivos globales, sistemas de control y representación, distribución de excedentes y transferencia de la propiedad, etc., y la forma en que estas diferencias afectan al logro de la función objetivo de la empresa (Enke, 1945; Clark, 1952; Helmberger, 1964; Anderson et al, 1979; Anderson et al, 1980) y el resultado supondrá la obtención de un punto de equilibrio para llevar a cabo la nueva dimensión estratégica de internacionalización de la cooperativa.
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