Superado con gran éxito su calvario doméstico, Bill Clinton afronta estos días, como responsable del país que más medios aporta a la OTAN, su más difícil crisis exterior: la campaña bélica en Yugoslavia para detener la limpieza étnica en Kosovo. En esta entrevista, defiende los ataques aéreos aliados como la mejor estrategia para doblegar a Slobodan Milosevic.
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