La reciente intervención de Turquía en la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico en Siria e Iraq presenta más dudas que certezas sobre las motivaciones reales de este país para intervenir militarmente en su vecindad. Este artículo pretende esclarecer por qué y cómo Turquía parece haber adoptado un papel mucho más activo en la lucha contra el yihadismo en los últimos tres meses. Dos son las ideas principales que sirven de hilo conductor del articulado: por un lado, se puede interpretar que el cambio de política exterior de Ankara responde a su estrategia de seguridad nacional de no permitir bajo ningún concepto la cristalización de un Kurdistán turco fuerte ni la desmembración estatal en Oriente Medio; por el otro, el resultado de las elecciones de Junio y la siguiente vuelta de los comicios, prevista para noviembre, son dos factores domésticos con una determinante repercusión exterior para Turquía.
Turkey’s recent involvement in the international coalition fighting Daesh in Syria and Iraq brings out more doubts than certainties about the real motivation of this country for this military intervention in its vicinity. This piece of work aims to clarify why and how has Turkey apparently adopted a pro-active stance in the fight against jihadism over the last three months. Two main ideas link the article throughout: on one hand, arguably the change in Ankara's foreign policy responds to its national security strategy, addressed at stopping the crystallization of a strong Turkish Kurdistan or state dismemberment in the Middle East what so ever; on the other, the result of the elections in June and the second leg, scheduled for November, are two domestic factors decisively determining Turkey’s outreach.
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