En septiembre de 1868, al estallar la revolución conocida como "la Gloriosa" y "la Septembrina", Isabel II iniciaba el camino sin retorno del destierro. Tal como ha dicho el Conde de Rodezno, "el avance del ejército insurrecto por Andalucía, y el decisivo triunfo del puente de Añcolea dieron al traste con la Monarquía de aquella poco afortunada señora, que, después de mchas vacilaciones y llevando, después de treinta y cinco años de reinado, todo el peso de sus desaciertos y todo el desengaño de la ingratitud de tantos desafecgos favorecidos".
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados