Theodor W. Adorno ha sido criticado por sentir una especial inclinación hacia el «arte moderno» frente a las corriente de arte comprometido afines a los movimientos emancipatorios de izquierda. Sin embargo, el presente trabajo considera que el «compromiso de la obra de arte» (como algo que se da «en» la obra de arte) es consecuencia directa del pensamiento estético de Adorno. El contenido político de las obras de arte es inseparable de su forma y del modo en que se relacionan con el mundo social desde su autonomía. El resultado es la generación de un espacio político para el arte nunca explicitado por Adorno pero latente en toda su obra, que ayuda a comprender mejor el compromiso político del autor y el papel que otorgaba al arte en el proceso emancipatorio.
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