Junto a la dimensión interna de las políticas de igualdad de género (importante paquete legislativo aprobado entre 2004 y 2007, y consolidado a lo largo de la última década) se suma, en distintos niveles, la dimensión de la acción exterior: (a) impulso a la creación de organismos internacionales dedicados a promocionar la igualdad de género y apoyo sustantivo a su labor (ONU Mujeres, en particular); (b) argumento con un peso específico para el logro de objetivos de política exterior (la candidatura al asiento en el consejo de seguridad de Naciones Unidas para el período 2015-2016 es el ejemplo más reciente); (c) consolidación de la igualdad como eje central y “seña de identidad” de la cooperación española; y (d) promoción de una mayor presencia de mujeres en los puestos de responsabilidad política y en las jefaturas de misión y/o Embajadas. La igualdad de género, hoy elemento clave de promoción internacional de la democracia, se relaciona con la modernidad y la innovación, e impacta en la imagen internacional de país, contribuyendo a la dimensión de poder blando y, por tanto, al papel que puede jugar en el escenario internacional, y en la provisión de bienes públicos globales. Constituye, en sí mismo, un valor a preservar y fortalecer, que España puede situar como eje y objetivo estratégico de su acción exterior, y que podría proyectar como un rasgo relevante de la democracia avanzada que aspira a consolidar. Para ello, debe darse un nuevo impulso, recuperando el cierto retroceso que ha experimentado en los últimos años.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados