La pirámide poblacional comienza a invertirse y dentro de tan solo diez años nuestra sociedad podrá definirse como envejecida.Este hecho repercute obviamente sobre la economía,nivel familiar,servicios socio-sanitarios,cultura,etc.
En el terreno de la salud,los ancianos consumen una gran proporción de los recursos sanitarios y aunque olvidados históricamente de los cuidados dentales,este grupo etario se convierte en una fuerza social demandante de atención bucodental.Dentro de ellos,los enfermos con demencia suponen ya el 10%.Tal circunstancia obliga al profesional de la odontoestomatología a asumir dicha realidad presente y futura.
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