Gerona, España
Los orígenes de la contabilidad son tan remotos como la actividad económica del hombre, pues nació de la necesidad que tenían éstos de conocer lo que debían y lo que se les debía, los bienes que tenían y los que producían, los productos adquiridos y los vendidos, ... y para ello utilizaron diversos libros, para anotar toda la información que consideraran necesaria de recordar.
Los libros utilizados y la manera de llevarlos fue variando a lo largo de los siglos, según fueron apareciendo las distintos métodos contables y en función de la actividad que realizaba cada empresa.
Por otra parte, las distintas disposiciones que regulaban la actividad mercantil, que en principio sólo se ocupaban de las relaciones entre comerciantes y de los conflictos que pudieran surgir entre ellos, se preocupó de legislar sobre los libros que obligatoriamente debían llevar, y la manera de hacerlo, puesto que se convirtieron en medio de prueba en caso de juicio.
A partir de ese momento, y hasta nuestros días, la normativa mercantil marcará la documentación mínima que deberá llevar todo comerciante, así como los requisitos formales que éstos habrán que cumplir.
En esta comunicación vamos a presentar los cambios que el derecho mercantil ha introducido en materia contable, desde las Ordenanzas de Bilbao de 1737 hasta la aprobación del último Código de Comercio, en 1885.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados