Cuando se plantea una crisis de enjundia que amenaza con dejar atrás a los más débiles, ora sea por su impacto directo, en primera instancia (podríamos referirnos a las víctimas directas del embate); otrora sea por la dificultad para gestionar las consecuencias ulteriores de esa misma crisis, por ejemplo, económicas (en cuyo caso podrían resultar afectados muchos de los que no lo fueron por el embate inicial) surgen bastantes dilemas.
Dos de ellos son especialmente importantes. Por una parte, el que se plantea desde el primer momento entre los derechos individuales (de los más vulnerables) y las necesidades del grupo en el cual se insertan esos individuos. Por otra parte, el que se plantea al distribuir los costes de la recuperación ulterior, una vez superados los momentos álgidos de esa crisis.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados