Santiago, Chile
“Ponerle el cuerpo al trabajo” es en Chile tanto una expresión popular que resalta la materia-lidad del esfuerzo en todo tipo de actividad económica, como también una metáfora que nos lleva a reflexionar sobre la “falta de cuerpo” de la narrativa reciente, en que escasos relatos corporeizan las voces y experiencias de sus narradorxs a partir del trabajo físico/manual. Este artículo aborda una excepción, la novela Panaderos, de Nicolás Meneses, que presenta con detalle la cotidianidad de una madre temporera, un padre panadero y la incursión del narrador, hijo mayor de esta familia, en la panadería de un supermercado. Todxs ellxs realizan oficios manuales descritos a partir del riesgo y el accidente corporal, bajo lógicas empresariales desprovistas de empatía o justicia, denunciadas por el estallido social chileno.
In Chile, “set the body to work” is a popular expression that highlights the materiality of the effort invested in any economic activity. It is also a metaphor that leads us to reflect on the “absence of body” in recent narrative since accounts that articulate narrators’ voices and experiences of physical or manual trade are scarce. This article addresses an exception, the novel Panaderos (Bakers), by Nicolás Meneses (2018), that presents the everyday life of a working family in detail: the mother (a seasonal agricultural worker), the father (a baker), and the foray of the family’s eldest son, the narrator, in a supermarket’s bakery. Their lives revolve around activities that require manual skills and specialized training. On one end, their trade connects them to risk and physical accidents. On the other, they are under entrepreneurial logics devoid of empathy or justice, a system condemned by the recent Chilean social uprising.
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