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Resumen de Un caso de trastorno de la conducta alimentaria en la infancia

José Luis Pérez Méndez, Jesús Rodríguez Olalla, José Ignacio Suárez Soto

  • El denominado Trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o niñez recogido en el DSM-IV-TR (1), se define como “Una alteración de la alimentación mani-festada por una dificultad persistente para comer adecua-damente, con incapacidad para aumentar de peso o con pérdidas significativas de peso durante por lo menos un mes” además su inicio debe ser anterior a los seis años de edad. Abarca una serie de conductas disfuncionales relacionadas con la ingestión alimentaria como pueden ser: tragar sin masticar la comida, negarse a comer, vomitar la comida o masticar con excesiva lentitud. Es-tos tipos de problemas angustian a los padres de manera desmesurada en muchas ocasiones. Con cierta frecuencia no saben cómo abordarlo, con lo que intentan múltiples maneras de solucionarlo, entre las que se encuentran un peregrinaje por distintos especialistas y la consecuente realización de múltiples pruebas médicas así como una medicalización innecesaria, que en la mayoría de las oca-siones resultan infructuosas.Esta problemática es bastante frecuente en la infancia. Manikam y Perman (2) afirman que más del 25 por ciento de los niños presentan conductas difíciles relacionadas con la alimentación, llegando hasta el 80 por ciento en niños con dificultades ambientales. En un estudio llevado a cabo en Londres (3) con niños de tres años de edad, se encontró que el 16 por ciento mostraba, poco apetito y el 12 por ciento eran caprichosos con los alimentos. No se encontraron diferencias entre sexos. Los problemas se mantuvieron en dos tercios de los niños al año siguiente y en un tercio tres años después.Normalmente este tipo de trastornos de la conducta alimentaria requiere de dos tipos de intervenciones es-pecíficas: 1. La instauración de hábitos alimentarios “adecua-dos” y su mantenimiento. Cambiando el patrón relacional que se establece entre el niño y el cui-dador principal durante el acto de la alimentación.2. Modificación de las creencias de los padres acerca de la alimentación del niño (4). En muchas ocasio-nes el problema se sitúa en creencias erróneas por parte de los padres acerca de lo que es adecuado o no comer o sobre la idea de delgadez.Este tipo de patologías alimentarías normalmente no suponen un riesgo vital para el menor, pero sí pueden ocasionar diferentes desajustes en el desarrollo person-al y en la propia configuración de la dinámica familiar. Así en muchos hogares son motivo de discusión entre los progenitores, de disputas entre padres e hijos y de desacuerdo entre distintos miembros del clan familiar configurando un ambiente propicio para la aparición de nuevos problemas de índole conductual, fisiológica o emocional.Chambless y Ollendick (5) recogen los tratamientos psicológicos empíricamente validados establecidos por los grupos de trabajo de la Task Force de la APA. Den-tro de los problemas pediátricos, y más concretamente de los alimentarios, Kerwin (6) establece que el único tratamiento empíricamente validado para los trastornos severos de alimentación es la terapia de conducta.


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