Con el presente estudio se busca analizar si un proceso de integración regional como la UNASUR, constituida por países latinoamericanos con diversidad en sus estructuras comerciales y con diferentes características económicas y sociales, ha favorecido el Comercio Intraindustrial. Para medir el Comercio Intraindustrial, CII, se hizo uso de la metodología de Grubel y Lloyd -1975-, calculando el Índice de Comercio Intraindustrial -ICII- para cada sección de la CUCI por medio del flujo bilateral de los países miembros de la UNASUR, y el promedio aritmético de todas las secciones.
Se estimó que el flujo del Comercio Intraindustrial en la UNASUR alcanzó un promedio de 12 % durante el período 2002-2013. Era de esperarse que un acuerdo intrarregional como la UNASUR fortaleciera los sectores de materias primas y productos básicos, extracción de recursos naturales, la promoción de agrocombustibles y el sector energético. Sin embargo, elementos como economías de escala, diferenciación de productos, imperfecciones de mercado y gusto de los consumidores por la variedad, han conducido a un ligero incremento de la especialización intraindustrial en maquinarias y equipos de transporte, alcanzando un índice promedio de 16.77 %, seguida de la industria de productos químicos con un 15.4 %.
Estas industrias tienen en común dos aspectos que no favorecen a las pyme, por un lado tienen altos requerimientos de capital para su producción y por otro el mercado internacional es abarcado fundamentalmente por corporaciones multinacionales. Sin embargo, las PYME podrían contribuir al crecimiento de los países de la UNASUR a través del intercambio intraindustrial dado que forman parte de la cadena de valor de grandes exportadores locales, exportan productos y servicios para nichos especializados del mercado, importan y distribuyen productos de pyme extranjeras, y proveen servicios de soporte en la cadena de transacciones del comercio internacional.
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