¿Hay una naturaleza humana? Habiéndola, ¿podemos deducir de ella las normas humanas? Partiendo de la tesis según la cual todas las especies tienen la naturaleza que les supone su genoma y que los humanes son cosas (prótai ousíai), y no relaciones ni accidentes, el autor revisa “los trucos” que de todos sus antecesores supervivientes los seres humanos han heredado, herencia que conforma la naturaleza humana. Pasando por la marcha bípeda, el desarrollo de la pinza de precisión y el crecimiento del tamaño del cerebro con su córtex prefrontal genéticamente programado para ese cierto margen de indeterminación que llamamos libertad, expone que esta indeterminación parcial de la conducta humana tiene como correlato el dolor, capacidad que aporta a la supervivencia y la eficacia biológica. Con la tendencia a minimizarlo, propia de la naturaleza humana, vemos dos emociones morales básicas descritas por Hume: el amor a uno mismo y la compasión por los demás. Los seres humanos no primitivos, nos sugiere siguiendo a Darwin, son aquellos que en el círculo de la compasión van incluyendo a todas las criaturas capaces de sufrir. Posteriormente, expone que la cuestión estriba en dilucidar qué aspectos de la vida social son por naturaleza (phýsei) y cuáles son por convención (nómō) (ello en conformidad al distingo griego); como también aquellas convenciones voluntarias y aquellas forzosas; la indispensable distinción entre moral y ética; y un desarrollo de la falacia naturalista y la falacia moralista.
Is there such a thing as human nature? If there were, can we deduce human rules from it? Starting from the thesis where all species have their nature supposed by their genome and humans are things (prótai ousíai, or primary beings) and not relationships or accidents, the author reviews “the tricks” that human beings have inherited from their ancestors, heritage that compose human nature. He discusses biped walking, the development of a precision clamp and the growth in the size of the brain, including the prefrontal cortex genetically programmed for that certain margin of indetermination that we call freedom. He explains that this partial indetermination of human behavior is correlated to pain, an ability that contributes to survival and biological efficacy. There is a tendency to minimize it, inherent to human nature, revealing two basic moral emotions described by Hume: love of oneself and compassion for others. He suggests, following Darwin, that non-primitive human beings are beings who include all creatures capable of suffering in the circle of compassion. He then says that the issue lies in elucidating which aspects of social life are by nature (phýsei) and which are by convention (nómō) (in accordance with the Greek distinction) as well as voluntary and compulsory conventions; the indispensable distinction between moral and ethical; and the development of the naturalistic fallacy and the moralistic fallacy.
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