En este artículo se reconsidera el punto de vista tradicional sobre la ética de Kierkegaard. En dicho punto de vista, tal y como está presentado por Th. W. Adorno, M. Buber y E. Levinas, se relaciona la ética solamente con el Yo, mientras que la intersubjetividad, i.e. la relación entre el Yo y el Otro, se deja fuera de la discusión al opinarse que tal noción nada tiene que ver con la comprensión kierkegaardiana de la ética. Oponiéndose a tal (mala)interpretación, y contra la crítica de Kierkegaard que se deduce de ella, la crítica al solipsismo y al acosmismo, se argumentará que la ética en los trabajos kierkegaardianos está estrechamente conectada a la relación entre la subjetividad y la intersubjetividad. Sin una relación positiva -una relación éticamente regulada con el Otro- el Yo se pierde en la abstracción y la discontinuidad. Contrariamente, la relación con el Otro proporciona continuidad y concreción al Yo.
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