Kreisfreie Stadt Bielefeld, Alemania
Este artículo analiza la convicción generalmente compartida de que las matemáticas son una ciencia universal, con un "lenguaje común" y una "agenda de investigación compartida". Estas convicciones se discuten en particular con respecto a las afirmaciones en el volumen "Mathematics Unbound" de 2002, donde se sostiene que las comunidades matemáticas nacionales surgieron durante el siglo XIX pero convergieron en una comunidad universal durante el siglo XX. Al enfatizar la importancia clave de las estructuras educativas nacionales, se argumenta aquí que las comunidades nacionales ya surgieron a raíz del humanismo. Los "lenguajes" diferentes para concebir números negativos proporcionan ejemplos reveladores para mostrar epistemologías relacionadas con diferentes estructuras educativas. Y un “lenguaje” fundamentalista en Italia muestra la alineación de la educación matemática con las concepciones clasicistas de la educación.Conectando con la concepción de “estilos nacionales”, el artículo propone enfoques para comprender las características que marcan las diferencias entre las comunidades matemáticas nacionales como las vinculadas a valores sociales y culturales y reveladas por los sistemas educativos.En la conclusión, sediscute el reclamo de una comunidad internacional emergente.
This paper discusses the generally shared conviction of mathematics being a universal science, with a “common language” and a “shared research agenda”. These convictions are discussed in particular with regard to assertions in the volume “Mathematics Unbound” of 2002, where it is maintained that national mathematical communities emerged during the 19th century but converged to a universal community during the 20th century. Emphasising the key importance of the national educational structures, it is argued here that national communities emerged already in the wake of Humanism. The differing “languages” for conceiving of negative numbers provide revealing examples for showing epistemologies related to different educational structures. And a fundamentalist “language” in Italy shows the alignment of mathematics education with classicist conceptions of education. Connecting with the conception of “national styles”, the paper proposes approaches to understand characteristics marking the differences between nationalmathematical communities as tied to social and cultural values and revealed by the education systems. In the conclusion, the claim of an emerged international community is discussed.
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