Los ríos Porma y Esla surcan la llanura de Mansilla Mayor para encontrarse en su descenso hacia el Duero, bañando a su paso estas tierras. Durante generaciones, la mano del hombre ha moldeado este paisaje hasta convertirlo en el rico mosaico que es hoy. Las tierras de labranza, su morfología y sus divisiones nos hablan de la historia de este lugar; son el tatuaje vivo que caracteriza este paisaje.
La propuesta busca trasladar este lenguaje teselado propio de los campos al corazón del pueblo, para así imprimir el carácter del paisaje en las trazas de sus plazas y sus calles. Este manto fragmentado, cosido por las líneas que dividen campos y canalizan las aguas, sirve para generar un continuo urbano único, que dota de unidad e identidad a los dos polos centrales de Mansilla Mayor –la plaza de la Fuente artesiana y la de la Iglesia–.
Sobre esta estructura se disponen estratégicamente los elementos necesarios para configurar estos espacios: por un lado, la nueva Fuente artesiana, diseñada como elemento central e identitario del municipio; por otro, los grandes árboles nativos de la zona, generadores de agradable sombra y barrera natural frente al viento, que configuran además el espacio urbano envolviéndolo. A su vera, los bancos centrales funcionan como puntos de reunión y encuentro, y domestican la escala de este nuevo espacio urbano.
La Nueva Plaza de Mansilla Mayor se plantea como una intervención austera y en consonancia con el lugar. Se proponen nuevos espacios de encuentro e identidad colectiva tratando de ser sensibles con la realidad de la España vaciada.
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