- Tracey, ¿qué piensas de esta idea de vincular el tema de la adolescencia con la serie Scarred for Life? ¿Tienen, para ti, algo en común? Las fotos de Scarred for Life tratan de historias verdaderas (me las contaron amigos) de la infancia, trágicas pero aun así divertidas; la mayoría de la época de la adolescencia. Así que en cierto sentido no son cuentos de hadas, ni siquiera ficción. Son momentos completamente verdaderos que jamás podría haberme inventado. Mis otros trabajos fotográficos son ficciones de principio a fin, aunque, por ejemplo, Laudanum (1998), es una especie de fantasía enrevesada. Me gusta mucho esa frase de la novela/película de Stephen King, Dolores Claiborne: a veces, un accidente es el mejor amigo de una mujer desgraciada. Podría haber muchísimas interpretaciones de esta frase, ¡quizá quiera decir que una tragedia nos puede cambiar para siempre y a mejor! - Conozco a gente que recuerda con cariño este período de su vida; pero, ¿podrías decirme qué significa para ti la adolescencia? La adolescencia fue una época espantosa, repulsiva y dolorosísima que me convirtió en artista, gracias a Dios. Jamás he conocido a nadie que contemple con cariño esta época de su vida. ¿Con quién demonios has estado hablando? - Dijiste en una ocasión: "Si no me ocupo de la verosimilitud, no me ocupo de captar la realidad; me ocupo de crearla yo misma". Asocio esto, en el caso de tu obra, con fábulas para adultos. ¿Te consideras una contadora de historias? Sí, sí me considero una contadora de historias, en el sentido de que me gusta que haya elementos de narrativa en mi trabajo fotográfico. Me gustaría que el espectador mirase la imagen y le añadiese su propia lectura.
- ¿Tienes alguna historia favorita? No, la verdad es que no. Cualquier cosa con un final feliz, lo que significa que La Cerillera no está en mi lista de favoritas. Por cierto, ¡vaya mente tuvo que tener el que se inventó semejante historia...! (...)
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