En ocasiones la aparición de una cicatriz patológica es una secuela del proceso de cicatrización que puede llevar aparejadas importantes complicaciones físicas y psíquicas para la persona afectada. Su aparición es más frecuente en heridas que han seguido un proceso de cicatrización por segunda intención y con una evolución tórpida. La prevención debe iniciarse desde el principio del tratamiento de la herida y continuarse durante un cierto tiempo después de su cierre inicial. Cuando, a pesar de todo, la cicatriz patológica aparece, existen diversos materiales y técnicas de tratamiento, que presentan diferentes grados de eficacia
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