Liliana María Cardona Mejía, Juan Carlos Padierna Cardona
Este escrito nace de la indagación y reflexión del quehacer docente, encontrando prácticas discursivas con poca producción intelectual en donde abundan las estrategias metodológicas que se aplican en clase, pero escasean los registros que se hacen de ellas.De esta manera, las intervenciones del docente se desarrollan más desde lo anecdótico que de producciones propias y es que se cree que ésta es una tarea ardua que requiere capacidades y técnicas especiales que no todos poseemos. Sin embargo, se pretende mostrar en este escrito, que la escritura está al alcance de todos y no es solo un asunto de ortografía y gramática.Se plantean estrategias para solucionar algunas dificultades que los estudiantes manifiestan tener a la hora de escribir, haciendo énfasis en que este ejercicio requiere una planeación y un método y se desarrolla a través de tres fases, como son la pre escritura, la escritura y la post escritura.De igual manera, se ofrecen algunas herramientas que facilitan el proceso y ayudan a solucionar problemas de gramática, precisión semántica y uso de palabras adecuadas, tales como diccionarios de dudas, diccionarios etimológicos e ideológicos, entre otros.Es importante entender que existen varios tipos de escritura: desde lo creativo y personal, hasta lo funcional y expositivo, y cada uno de ellos tiene fines y formas diferentes. En todo caso, se reconoce que la escritura no puede tomarse de manera esporádica como para cumplir con una tarea; es algo que requiere constancia y hábito para lograr buenos resultados.Finalmente, se reconoce el diario, la libreta de apuntes y la autobiografía, como herramientas con las que puede uno aventurarse a escribir, y se hace énfasis en el ensayo, dado que es una de las formas de escritura más frecuentes en los procesos de enseñanza – aprendizaje.
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