La escuela constituye el lugar idóneo para enseñar a convivir en nostredad (es decir, trabajar la mismidad y la otredad ya que somos diferentes pero iguales en dignidad y derechos humanos), así mismo se desarrolla la importancia de “educar para la paz” ante el deterioro de la convivencia, producto de la discriminación. Invitamos al lector a re-pensar el papel de la escuela como impulsora de espacios de paz, siendo vital la interacción de la escuela-familia-comunidad; promoviendo en los espacios: el diálogo, la tolerancia, el respeto a las diferencias, para construir una Educación para la Paz.
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